Desde el espacio de talleres pedagógicos, llevados adelante por los talleristas Gustavo Jacques y Patricia Roselli, se ha propuesto a los adolescentes de los Centros MD y Sarandí trabajar en la creación literaria, generando un interesante material con autoría de los jóvenes.
Se ha trabajado en dos modalidades: “Poemas Collage” y Versos Libres. Los primeros, explican los talleristas, “son una herramienta simbólica que basa su composición en fragmentos para liberar la voz uniéndose en versos libres, síntesis de experiencias sensibles y reflexivas. Esta técnica es utilizada como cierre de procesos pedagógicos con jóvenes privados de libertad que están por finalizar su sanción penal, y oficia como un puente entre el pasado y el futuro, en el cual, desde el borde del presente, se trata de re pensar tanto la historicidad de cada joven como la proyección a futuro, que se va moldeando a medida que el proceso pedagógico va avanzando y que, por cada singularidad, van sucediendo nuevos fragmentos.”
Adolescentes de ambos Centros trabajaron en sus propios textos y han sido varias las producciones literarias logradas por ellos, desde los “poemas collage” a interesantes fábulas escritas en su totalidad por adolescentes.
No somos nada sin el amor
La falta volvió con los pájaros y la nada
Movete, cantá
Tener gratis los años azules
Tirate hermano con el dúo dinámico
contra la soledad
Necesitamos relaciones para sobrevivir
y aprender
La fotografía en común
jóvenes en todos los rincones del alma.
G.
No es fácil
Un giro fundamental
Dos caminos
Veo a través de ti
el futuro
El cuerpo de las palabras
tormentas
en las entrañas
¿es necesario la ceguera?
Retos para pensarse
D.
Un adolescente del Centro MD se destacó con una fábula que transmite un profundo mensaje sobre la vida y la muerte.
La Laguna de la Vida
Todo empezó un día de mucho calor. Hacía taaaanto calor que la Muerte tenía que darse un baño, o por lo menos mojarse un poco. Había un problema, que ella no se llevaba mucho con la Vida y el único lugar más cercano para refrescarse era la laguna donde se bañaba la Vida.
Ya en la laguna, mientras la Vida estaba distraída debajo de un frondoso árbol de verano hablando con el Amor y un conejito que estaba también por ahí, la Muerte, muerta de calor, no lo pensó dos veces y se arrojó de cabeza al agua de la laguna.
Pero había otro problema, que nadie realmente quería a la Muerte. Entonces ni bien cayó en el agua, los peces saltaban de lado a lado, protestando y gritándole a la Muerte ¡fuera de aquí! , ¡fuuueeraaa!!
Así, llamando la atención de la Vida, fue que la Muerte se había entrometido sin permiso y dándose cuenta que allí, nadie la quería. Todos querían que la Vida la sacara del agua y que la mandara bien lejos. Todos ciegos, la querían fuera, ni la querían ver.
Lo que no se esperaban los otros, era que la Vida no se preocupara porque ella estuviese dándose un baño en sus aguas. La Vida estaba tan segura que el agua de la laguna era tan pura que la presencia de la Muerte dentro del agua no hacía la diferencia. La Vida los juntó a todos, a los peces, el Amor, el conejito, y les explicó que sin ella, nadie existiría, y que ella no era dueña de esa laguna para no permitirle darse un baño.
Ante esto, todos se quedaron asombrados pero a la vez más tranquilos y conversaron despreocupados otro buen rato.
Todos los que estaban enojados con la Muerte por su acción, después de comprender las palabras de la Vida, y de reunirse entre ellos un breve instante, llegaron a un acuerdo para comunicar sus posturas y le dijeron a la Vida.
Habló el conejito:
--- Bueno, entonces si vos decís que se puede bañar tranquila porque necesitaba un baño por el calor, aceptamos eso.
Ahora que ya sabemos que sin vos nadie estaría hoy acá, le vamos a hacer un lugar. Pero necesitamos pedirle algunas cosas y hacer un acuerdo con ella.
Uno de los peces se adelantó al conejito y proclamó a viva voz.
--¡Que no sea injusta, que no se lleve a nadie que tenga las ganas de vivir!
La Muerte, mientras nadaba tranquila, sigilosamente trataba de escuchar ya que sabía que estaban hablando de ella.
El Amor dijo entonces:
--- ¡Que deje vivir a todas las personas que aman y forman a sus familias, y que tenga un poco más de piedad y empatía!
Después que todos hablaron, la Vida llamó a la Muerte y le transmitió lo que los otros pensaban, el acuerdo que le proponían, que tenía que dejar que a cada uno le llegue su día, cuando tenga que llegarle.
---Ta, eso, ¿te quedó claro lo que te pedimos de corazón en esta laguna?, ¿todo lo que sentimos y te manifestamos, y el acuerdo que queremos hacer contigo? –le expresó la Vida.
La Muerte, conmovida, manifestó que ella jamás se sintió tan apreciada por tantas personas. Aceptó con alegría el acuerdo y dijo con tono más solemne:
--- Sí, eso es lo mínimo que podría hacer. Pero que quede claro que yo a veces tengo que aparecer, y no es de mala, pero es mi función en este mundo. Por más que duela, hay veces que no puedo no aparecer y sé que cuando aparezco puedo causar mucho dolor y que se me considere injusta.
De esta manera la Vida aceptó a la Muerte como parte de ella y le dio un lugar para que ella y los vivos puedan estar juntos y convivir en paz.
F.E.
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